Durante el otoño se sucedieron varios frentes que dejaron abundantes lluvias, por encima de los 250 mm y las temperaturas fueron suaves, por encima de la media de la estación.

No fue hasta el mes de diciembre cuando se produjeron las primeras nieblas y un fuerte descenso de las temperaturas.

El año comenzó con frío y lluvias que se extendieron durante todo el invierno. A mediados de marzo se suavizaron las temperaturas llegando incluso a ser altas para la fecha durante algunos días (27ºC). Esto provocó un adelanto de la brotación de la viña a los primeros días de abril. Este mes transcurrió con tiempo inestable produciéndose los días 23 y 24 fuertes heladas por toda la Ribera que produjeron daños considerables en algunas zonas.

En el mes de mayo continuó la inestabilidad con alguna borrasca que descargó pedrisco en diversas zonas. Junio comenzó con temperaturas suaves de día y más frías por las noches, para pasar a días de calor y noches cálidas.

El verano continuó con tiempo variable siendo un julio dispar en cuanto a temperaturas y con ausencia de lluvias. Agosto comenzó con calor y tormentas y se despidió con una DANA que afectó a todo el país. La vendimia comenzó el 16 de septiembre con tiempo inestable.